Vivir con “alergia” al frío

Hace varios años, mientras me realizaban las pruebas de la alergia al polen, compartí espacio con una mujer a quien le estaban realizando la provocación con unos cubitos de hielo en los antebrazos. Me comentó que creía que tenía alergia al frío y me llamó bastante la atención, porque desconocía que eso existiera.
alergia al frío

Bastante tiempo después recordé esa tarde al notar que me picaban las piernas un día en el que bajaron las temperaturas bruscamente. Cuando me quité el pantalón para comprobar qué ocurría, observé un enrojecimiento tal que me asusté un poco. Nunca había sentido/visto algo similar. A partir de ahí, empecé a asociar cosas a esa reacción: los picores en las manos cuando no llevo guantes, en las orejas cuando no llevo gorro y en la lengua cuando como helado. Aquello iba a ser alergia al frío. Y empezaba a comprender el por qué de mi amor por las prendas de abrigo.

Qué es la “alergia” al frío

Su nombre técnico es urticaria a frigore y, en realidad, no es una alergia sino una reacción de hipersensibilidad al frío. Para que se desencadene no es necesario que sea invierno, sino que puede ocurrir por un cambio súbito en las temperaturas, incluso en verano debido al aire acondicionado, o tras el contacto con agua fría, por ejemplo.

Afecta a un porcentaje bastante bajo de la población, en teoría menos del 3% pero yo conozco a bastante gente que la padece, adultos jóvenes, y más a las mujeres que a los hombres y puede resultar hasta incapacitante en los meses más fríos del año.

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Se manifiesta, normalmente en las zonas expuestas al frío pero no en exclusiva en ellas, con prurito y picazón, habones, hinchazón de las mucosas de la boca y el esófago si se consumen bebidas o comidas muy frías, y puede generar también cefaleas, dolor abdominal, taquicardia e incluso, en los casos más severos un shock anafiláctico.

No se sabe qué es exactamente lo que genera la urticaria a frigore, aunque algunas fuentes hablan de células de la piel muy sensibles por causas hereditarias, algún virus o enfermedad.

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El diagnóstico se realiza mediante la prueba del cubito de hielo, tal como vi en mi visita al alergólogo. Se ponen tres cubitos de hielo, envueltos en un plástico, sobre la piel, se mantienen durante 5, 10 y 15 minutos respectivamente y se observa la reacción. Si es positiva se valorará la prescripción de medicamentos, normalmente de la familia de los antihistamínicos. En los casos más graves el paciente tendría que llevar encima una inyección de adrenalina.

Vivir con “alergia” al frío

Casos y casos

Afortunadamente, mi caso no es tan extremo ni tan incapacitante como el de Beatriz, quien no puede comer helado, visitar un restaurante en verano por el aire acondicionado, o caminar por la orilla del mar ya que el agua fría también desencadena su urticaria. Yo lo llevo bastante peor en invierno, cuando mis manos se pasan cubiertas de habones y escamas la mayor parte de la estación. Ese es el peor de los efectos para mí, seguido de cerca por los habones en las orejas. Nunca puedo olvidar los guantes ni el gorro, si lo hago estoy perdida.

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El caso de Diana Oliver es algo más serio:

La alergia al frío me acompaña desde que tengo 19 años. Por aquel entonces no sabía lo que me pasaba: me picaban las piernas y se me ponían rojas en invierno, las manos me dolían cuando estaban frías y la cara se me ponía como un tomate con los cambios de temperatura. Tengo 35 años y la alergia sigue ahí, incluso ha ido a bastante peor. Ahora los habones que me salen con el contacto con el frío son bastante grandes. Y no es necesario que haga mucho frío, con 10-15 grados ya comienzan los síntomas. A menudo se me hinchan la cara y las manos, y el dolor es bastante insoportable (especialmente cuando el cambio de temperatura es muy brusco). No puedo bañarme en una piscina o en el mar y tomar cosas frías en verano con auténtico terror. De hecho, siempre tendría que llevar una inyección de adrenalina encima.

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El entorno

Por norma general cuando cuentas que tienes alergia al frío la gente tiende a minimizarlo, pensando que exageras o que se trata de una cuestión de preferencias personales, no algo que afecta realmente a tu salud. En palabras de Diana:

¿Lo que peor llevo? La incomprensión ante lo que supone tener alergia al frío. Cuando lo cuento lo habitual es que la gente se lo tome a broma o le resten importancia: “¡Ja, a mi tampoco me gusta el frío!”, “Bueno, hija, hay cosas peores”, “Pero ahora no hace frío, ¿no?”. Y soy consciente de que “hay cosas peores” (¡por supuesto!) pero para mi ha sido algo bastante limitante en muchas ocasiones. Algo que me afecta a mi vida diaria tanto en invierno como en verano. Algo que está ahí y que no es agradable y que incluso puede ser muy peligroso.

Como se desconoce hasta qué punto es importante el factor hereditario, Diana señala:

También me aterroriza que lo hereden mis hijos. Este invierno Mara tuvo unos cuantos episodios bastante fuertes pero finalmente no sabemos si han sido brotes puntuales o un virus (de los tantos que nos hemos traído del cole a casa). Esperemos que sigan tan sanotes como hasta ahora.

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El diagnóstico

El camino que recorren los afectados por esta patología no siempre es fácil, ni recto. La consulta de alergología puede no ser el último lugar que visiten:

Fue a partir de los 25 años, más o menos, cuando pensé que lo que me pasaba podía ser alergia al frío y decidí ir al alergólogo. Visité tres pero solo el último me hizo el test del cubito de hielo, me dieron un antihistamínico, una inyección de adrenalina para llevar encima y poco más. Varios años después, ya en 2013, fui a la Paz. La intención inicial era solicitar que me derivaran a otro hospital en Barcelona sobre el que había escuchado que estaban muy al día con la patología. Finalmente no encontraron necesidad de derivarme y me hicieron todas las pruebas allí mismo. El alergólogo volvió a hacerme el test del cubito junto a otros análisis. Me recomendaron unas inyecciones que estaban teniendo buenos resultados. El problema es que entre medias me quedé embarazada de Mara, después su lactancia. Comprobé en e-lactancia que tienen riesgo bajo pero la idea fue esperar a terminar para tratarme. Así que, entre la lactancia de mi hija, el embarazo y el nacimiento de mi hijo, llevo más de tres años esperando a poderme “tratar”.

Y mientras

Pues mientras llega el tratamiento, quienes padecemos alergia al frío solo podemos evitar las situaciones que nos hacen entrar en crisis. Abrigarnos bien, evitar los cambios bruscos de temperatura y la ingesta de alimentos y bebidas muy frías o la exposición a agua helada. Un camino preventivo para el que primero tendremos que haber asociado que eso que nos pasa puede ser una urticaria a frigore. Y comenzar el peregrinar médico hasta dar con nuestra tecla.

Imágenes: Pixabay.

Let B. Díaz

Soy Leticia la mamá de Ojazos desde 2013, mujer desde 1978. Siempre corriendo y con mil cosas en la cabeza para hacer pero con poco tiempo para llevarlas a cabo. Escribo en Esto no es como me lo contaron y Las Letras de Let porque es lo que más me gusta hacer en el
mundo. Activa, habladora y comprometida, cabezota y risueña vivo en una permanente contradicción. Necesito contar las cosas que me pasan para que no se me enquisten en alma.

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11 comentarios

  1. Me parece un post muy interesante,yo no tolero el frío y con la tiroides mucho menos un besazo a Diana y a ti

    1. Muchas gracias, Anya. Un besote.

  2. Nos ha encantado el post, no solo por la información acerca de la urticaria a frigore y su diagnóstico, sino también por compartir lo que supone convivir a diario con esta afección. Desde la AAUC creemos que es importante sensibilizar sobre la urticaria crónica y sus tipos, y artículos como este son un granito de arena para dar conocer a la sociedad la existencia de esta afección y sus implicaciones.

    ¡Un saludo!

    1. Gracias por vuestro comentario, me ha emocionado, de verdad.

  3. Muy interesante el post, me he sentido reflejada en cada palabra.
    Yo llevo diagnosticada desde los 10 años, y cada temporada va a peor. Ahora con 20 se me hinchan las manos incluso estando dentro de casa, vivo pegada al radiador para evitarlo jaja
    Y justo como has descrito, lo peor es la risa de la gente cuando lo contamos. Incluso mis profesores del colegio se burlaban y tuve que llevarles el informe médico.
    Mucho ánimo para seguir viviendo con esto.

    1. Qué complicado es convivir con lo considerado raro, ¿verdad? A mí me afectan mucho los cambios bruscos, una vez que me aclimato lo llevo mejor. Gracias por compartir tu experiencia. Un abrazo.

  4. Yo estoy diagnosticada de urticaria cronica. Comenzo en agosto tras dar a luz. Tres antihistamínicos diarios y no sé q lo produce pero no puedo dejar de tomar ni una sola pastilla porque me vuelo. Q tal los embarazos sin medicación???

    1. En mi caso bien, pero es que yo no me medico habitualmente. También te digo que con la alergia al polen no me mediqué por el embarazo y para mí fue la mejor primavera que he vivido. Nunca se sabe cómo va a reccionar el cuerpo.

  5. Hola a todos, esta alergia no distingue genero y creo que ni edad. Mi nombre es Gustavo, vivo en la ciudad de México, tengo 46 años y PADECÍA lo mismo que ustedes. Aparte de la tremenda comezón, lo que mas me inquietaba era el dolor en la planta de los pies todas las mañanas, pero ya pasó. Les cuento, yo la padeci hace mas de tres años, en los cuales tambien acudi al medico, recetandome antihistaminicos, pero no resultaron. Intente hacer mi vida normal, pero era muy incomodo andar todo tapado., hasta que me meti al gym y comencé a tomar los famosos batidos de proteina, y otros suplememtos. Curiosamente, la alergia fue desapareciendo, al grado que me puedo bañar solo con agua fria si asi lo deseo sin temor alguno. No acudi mas al médico,, dandome cuenta que el “suplemento” que me quito a MI dicha alergia, es el Zinc. Aun cuando salian bien mis niveles en los chequeos, tomar una pastilla de 30 mg de Zinc por las noches despues de cenar, fueron mi salvación. Lo comparto con ustedes, no importando el genero, porque se lo que es vivir asi. Tienen mi correo y saben mi nombre quien guste mas info. Les mando un abrazo y mis mejores deseos.

  6. Al: “Ja ja a mí tampoco me gusta el frio” le voy a agregar “ah …alergia al frío, al cambio de clima queres decir?” Y todas las veces que me expusieron a hacer cosas que no quería cuando era más chica por no creerme. Ej: salir a correr con 12 grados en la escuela al aire libre. Lo peor de la alergia voy a confirmar es hacérselo entender a la gente. Muy buen post !

    1. ¡Gracias! Son esas cosas que si no vives no entiendes. Bueno… y la falta de empatía también ayuda. Un saludo.

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