Parar el Día de la Mujer

Hace dos años me estrenaba en Mujeres y Madres Magazine un 8 de marzo  abogando por la reivindicación de una fecha que me seguía pareciendo muy necesaria. Terminaba ese post con el anhelo de que ese grito fuera quedando en el olvido porque las cosas hubieran cambiado en una fecha no muy lejana. Por desgracia, mis ansias no podían estar más desencaminadas y es que, este año, las cosas se han puesto tan complicadas que no solo la reivindicación no se ha visto sofocada, sino que vamos a parar el Día de la Mujer.

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Machismo con altavoz

No es que lo diga yo, es que lo dicen los datos y declaraciones aquí y en cualquier parte del mundo. La última -a cierre de esta edición, de aquí al día de publicación ya veremos qué ocurre- cagada metedura de pata inaceptable ha sido la del eurodiputado (¡ojo, eurodiputado!) Janusz Korwin-Mikke, quien afirma que “las mujeres deben ganar menos porque son más débiles y menos inteligentes”, entre otras lindezas del estilo. Por si hay alguna duda: sí, seguimos en el s. XXI y estas declaraciones se han producido aquí -Europa- y ahora.

Por si esto no fuera suficientemente lamentable de por sí, hace unas semanas Vladimir Putin, en lo que es un gesto de desprecio absoluto hacia las mujeres, legalizó la violencia machista siempre que el agresor no sea reincidente. No atino a comprender qué tipo de eximente supone que sea la primera vez que uno le pone la mano encima a su mujer o cualquier otro familiar suyo. Lo más preocupante de todo es que el 60% de la población esté de acuerdo con la medida. Sin olvidar la repugnante, reprobable y sonrojante violencia contra la mujer en África, ejemplificada en la terrible mutilación genital que como sociedad no conseguimos hacer desaparecer.  Anda que no queda por hacer…

El feminismo lleva desde el siglo XVIII pidiendo la igualdad y la corresponsabilidad. Sus planteamientos, desde las sufragistas que tanto hicieron por esta lucha, han ido evolucionando como consecuencia lógica de los logros obtenidos, pero el alarmante número de femicidios en todo el mundo, que lejos de decrecer no hace más que aumentar, es uno de los muchos ejemplos que demuestra el largo camino que aún queda por recorrer. Viendo lo sucedido en Rusia me temo que ese número se dispare.

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Parar el Día de la Mujer

Hoy es 8 de marzo. Según cuenta la ONU en su web:

El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.

Igualdad. No se trata de superioridad, sino de ser iguales. Hoy es 8 de marzo y las mujeres vamos a parar el Día Internacional de la Mujer al grito de #nosotrasparamos. ¿Motivos para hacerlo? Demasiados. En nuestro país, la brecha salarial es del 24%, la más alta de los últimos seis años, y cuarenta y cuatro mujeres fueron asesinadas en 2016. Son solo dos ejemplos de que ese discurso que nos suena tan antiguo sigue de rabiosa actualidad.

En el mundo la cosa no va mucho mejor que aquí. Por una parte, la llegada de Donald Trump a la Casablanca, un hombre con un criterio y comportamiento abiertamente machistas -no olvidemos las denuncias presentadas contra él en 2016- ; por otra, el intento de prohibición del aborto en Polonia o la ya comentada legalización de la violencia de género en Rusia, además de los continuos femicidios y violaciones en América Latina. Sin duda, el planeta Tierra es un lugar hóstil para las mujeres.

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Personas

No quiero vivir en un mundo que me hace de menos solo por el hecho de ser mujer. El maravilloso hecho de ser mujer. Me llena de orgullo el pertenecer a la parte de la especie que gesta y alumbra la vida, con la inestimable colaboración de la otra mitad, no lo olvido.

Como mujer soy madre, trabajadora, amiga, compañera, hija, nieta, hermana, prima, sobrina, tía, mujer de, conocida, bloguera, futura escritora, profesional, licenciada en periodismo, lectora empedernida… soy todas esas cosas y otras mil más. Soy fundamentalmente persona y hasta me atrevería a decir que soy buena persona.

Persona. Tan persona como los hombres que se empeñan en hacerme de menos. Tan persona como las mujeres que hacen los mismo que esos hombres. Se trata de algo tan sencillo como volver a la esencia, a lo básico. Dejemos de asumir esos roles que marcan lo que hemos de hacer por tener un sexo u otro y abracemos los roles que desempeñamos como personas. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que somos todas y todos.

8 de marzo, ¿tú paras?

Imágenes: Pexels

Let B. Díaz

Soy Leticia la mamá de Ojazos desde 2013, mujer desde 1978. Siempre corriendo y con mil cosas en la cabeza para hacer pero con poco tiempo para llevarlas a cabo. Escribo en Esto no es como me lo contaron y Las Letras de Let porque es lo que más me gusta hacer en el
mundo. Activa, habladora y comprometida, cabezota y risueña vivo en una permanente contradicción. Necesito contar las cosas que me pasan para que no se me enquisten en alma.

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3 comentarios

  1. Grande compañera, te aplaudo de pie.

    1. Gracias, Pilar. Ojalá no tuvieras que hacerlo.

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