Malditas hormonas

¿Cuántas veces habéis dicho eso de “malditas hormonas“? Yo a lo largo de mis treintaymuchos años de vida lo he repetido en múltiples ocasiones . Y es que, aunque nos encante ser mujeres, hemos de reconocer que nuestra vida no es siempre nuestra y está regulada por unas diminutas sustancias solubles, las hormonas, que influyen no solo en nuestra capacidad para ser madres, sino también en nuestro estado de ánimo, ¿para qué engañarnos? Las culpables de este descalabro mensual en el que vivimos son la progesterona, los estrógenos y la testosterona y cada una de ellas tiene una utilidad, un momento preciso en nuestro ciclo y apareja un estado de ánimo diferente.

Estos días se ha viralizado un vídeo con la historia de Jaime, un bebé prematuro que resucitó gracias al calor de sus padres tras dos horas en las que le dieron por muerto. Mientras los presentadores del informativo narraban la noticia, antes de que empiece el vídeo, digo “Ya lo he visto… pero voy a llorar igual (eso último ya con tono lastimero)”. Aparece en imagen la llorosa mamá e inmediatamente las lágrimas comienzan a rodar por mi cara. Os recuerdo que ya sé que ha acabado bien pero no puedo evitar dejarme llevar por la emotividad del momento. Mi marido se gira, me mira y explota en una sonrisa. No es que sea un insensible, es que él ya sabía que yo no iba a poder contener la emoción.

Y es que mis hormonas me la juegan a menudo. Lloro con las bodas y los nacimientos, con las películas bonitas y con las tristes, con las buenas noticias y con las malas. A veces incluso se me saltan las lágrimas en el trabajo cuando la impotencia me puede. La vida es un tobogán, mejor dicho, la vida es una montaña rusa y hay que intentar amoldarse al momento (emocional) que te toca.

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Lo que peor llevo son los días de NO, esos en los que todo me parece mal, en los que cualquier propuesta viene seguida de una negativa inmediata por mi parte. ¿Tienen alguna explicación? Pues NO, claro (jajaja) al menos no racional. Son esos días en los que ya me levanto negativa y da igual que haya salido el sol o que llueva, nada me va a parecer bien. Otra vez las hormonas.

Es probable que un día de NO coincida con el SPM (Síndrome premenstrual) que es como las meigas, haberlo, haylo. Cada una lo sufrimos en una medida diferente y hay quien ni se entera, pero la común de las humanas se hincha, le molestan partes de su cuerpo que normalmente pasan desapercibidas y, además, está de un humor de perros, es como si otra persona habitara dentro de tu propio cuerpo, mejor dicho, es como si tú estuvieras dentro de otro cuerpo porque ni siquiera lo reconoces. Cuidado si te cruzas con una de ellas, cualquier cosa es posible, como lleve la escopeta cargada ten por seguro que no te librarás del petardazo.

Y es que ser una coctelera andante no es fácil. Nuestro cuerpo se pasa la mitad del mes preparándose para algo que casi nunca llega (el embarazo) y la otra mitad liberándose de haberse preparado. Es normal que andemos subiéndonos por las paredes. Por cierto, que he leído que la culpable de la agresividad es la testosterona. Ahí lo dejo.

Malditas hormonas.

Let B. Díaz

Soy Leticia la mamá de Ojazos desde 2013, mujer desde 1978. Siempre corriendo y con mil cosas en la cabeza para hacer pero con poco tiempo para llevarlas a cabo. Escribo en Esto no es como me lo contaron y Las Letras de Let porque es lo que más me gusta hacer en el
mundo. Activa, habladora y comprometida, cabezota y risueña vivo en una permanente contradicción. Necesito contar las cosas que me pasan para que no se me enquisten en alma.

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10 comentarios

  1. Ostras, como me siento de identificada!!
    Siempre he sido muy ñoña y cuando tenia un día “tonto” ya era la leche.
    Al igual que tu, da igual que sepa el final de algo que si ya he llorado una vez, volveré a llorar de nuevo, seguro!
    Y lo de la impotencia… Ofu! Además son de las que cuentan (o lo intentan) hasta 10 antes de discutir y muchas veces prefiero morderme la lengua a liarla parda, pues en esos días tontos se puede desatar la tragedia dentro de mi!
    Ahora con el embarazo hasta yo misma me noto los cambios antes incluso de que pase nada… Que exageración de hormonas por dios!! Jajajaja
    Agresividad por la testosterona? Será por ello que los hombres nos huyen en los días tontos y los del SPM?? Jajajajaja
    Saludos!

    1. Paciencia con el embarazo. Yo me creía indemne… y visto desde lejos tengo que reconocer que las hormonas me la jugaron una vez más: ¡y mucho! Es como lo del síndrome del nido, que creí que no me iba a pasar hasta que pasó, claro, y bien pasado.
      Gracias por pasarte. Un abrazo.

  2. Coctelera andante?? Ja, ja,. Que buena definición de lo que somos…pero razón no te falta. Cuadrilla de hormonas con las que nos tropezamos todos los días, da igual que quieras darles esquinazo que ahí están, dando por rispi¡ Y eso que contamos con un buen puñado de escudos neuronales, pero nada, que siempre o casi siempre nos ganan la batalla. Por eso que será mejor hacerse amiga de ellas…yo me quedo con la progesterona, por eso de que ya cumplí los 40….. Saludos Let.

    1. Benditos escudos neuronales, pero no pueden estar todo el día en guardia, compréndelos xD Hay que aprender a tener una buena vecindad… como en las guerras europeas, no nos queda otra.
      Un abrazo Pau.

  3. Yo no he notado nunca mis hormonas ¡hasta la llegada de la lactancia! Que ya os dejé clarito la semana pasada lo que me están haciendo, lo desmotivada sexualmente que me tienen, etc. Menos mal que no me da también por las llantinas porque si no renuncio a la maternidad.

    1. Bueno, la maternidad tiene tantas cosas bonitas que no se renuncia por unas lagrimitas mujer. Afortunada tú que no las has notado, querida, porque ya has visto mis aventuras y desventuras con las susodichas. Y las que me he callado, que alguna vez me gusta quedarme algo de intimidad xD
      Un abrazo.

  4. Ay los días del no…Ya ni m acuerdo casi jaja pero q manera de reconocer la llegada de ” la amiga”

    1. Jajajajajajajaja… matemática pura y dura. Eso y la avidez por el chocolate, la prima estaba cerca a visitar. Un besote.

  5. Como te entiendo. Ultimamente soy tal cual lo cuentas. Si me miras, lloro… No digo más

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