Cariño, ¿te gusta tu escroto?

Cariño,

Vaya por delante que a mí me encanta -¡qué digo me encanta!… ¡me requetechifla!-  tu escroto pero, entre tú y yo, ¿tú te sientes satisfecho con él? Lo digo porque me he enterado -no me preguntes cómo ni por qué, pero ya te advierto que mis amigas no han tenido nada que ver- de que existe una operación de cirugía estética en la que, con un poquito de bótox en “salva sea la parte”,  los susodichos se te quedan tersos y suaves como el culito de un bebé.

escroto

¡Vamos! que a ti te inyectan la toxina botulínica esa, que viene a ser la misma que le dejó a Meg Ryan la cara como un pan, y durante seis meses te olvidas de los kiwis revenidos de siempre para lucir una entrepierna que ni Javier Bardén en Huevos de oro. Aunque sí, de oro podrían ser, porque teniendo en cuenta que el tratamiento cuesta más de 3.000 euros, ya podrían ponerte al menos un huevo de Fabergé. ¡Mucho uso le vamos a tener que dar al invento para que nos salga rentable!

Que conste que a mí el dinero no me importa. Si las mujeres se aumentan el pecho, se reconstruyen el himen como la Sabater o se blanquean el ano, si tú quieres alisar tu escroto ¡no vas a ser menos! ¿acaso no intento yo estar a la última y mantener mis pendejitos acicalados? Pedimos cita para un Scrotox de esos y ¡listo! No vamos a escatimar. Eso sí, tendremos que ir al extranjero, porque aquí en España lo del bótox dicen que solo está permitido para el tercio superior de la cara, para las arruguitas de expresión, que en el resto del cuerpo no tienen muy claro si sus efectos son del todo buenos y ya sabes, que con las cosas del comer no se juega. Así que tendremos que ir Estados Unidos -que es donde inventan estas cosas modernas- o Gran Bretaña antes de que cierren las fronteras, a ver si después nos van a acusar de hacer turismo médico o esas cosas que hacen los guiris cuando vienen a España ¿Sabes que en Inglaterra la demanda de estas operaciones se ha duplicado en el último año? Y esa gente, de eso, tiene que saber un rato largo.

Yo ya sé que tu eres muy aprensivo en todo lo que a tus partes nobles se refiere, pero estate tranquilo que me he informado bien y eso doler, no duele. Unos pinchacitos subcutáneos aquí, otros allá y, tras cincuenta picotazos, el músculo se relaja, el pellejito se estira y ¡voilá!: te quedan los coj**** como los del caballo de Espartero.

Aunque aquí, la verdad es que yo hay algo que no acabo de entender, porque si los testículos parecen más grande, por pura proporción… ¿no parecerá tu pene más pequeño? Y, en conjunto ¿no quedará aquello como un par de colgajos? ¡Ay, cariño! ¡Piénsatelo bien! ¡Qué la gravedad es una cosa muy mala! Y, además nosotros esa fase ya la tenemos superada: ¡Con las horas de terapia que nos ha costado convencerte de que tu pene no es pequeño sino… resultón!

Me han contado que, además, el bótox ese evita sudoraciones, ¿servirá eso para tí que todo “te la suda”?

He de decirte, eso sí, que la cosa solo dura seis meses… y, lo que es peor, que las seis primeras semanas no podrás hacer uso del invento. N-I-N-G-Ú-N-U-S-O. Así que no se si te saldrá mucho a cuenta, que a ver quién te aguanta en plena cuarentena. Seis semanas son muchas semanas y tú dices que el deposito hay que descargarlo de vez en cuando para que no te dé el estrés. ¡Seis semanas! ¡Qué barbaridad! ¿No será todo un engaño y lo que sucede es que, de tanto retener los soldaditos, no es que el botox te estire nada, sino que se te congestionan los huevos y parecen más lisos, más grandes y más de todo? ¡Ay, cariño! que tenemos que enterarnos bien, que a ver si nos van a engañar y eso acaba explotando sin esas descargas terapéuticas de las tuyas.

Y total, ¿pa’qué? ¿para que cuando te rasques cada mañana los notes más grandes? Porque ver, lo que se dice ver, a simple vista, poco se aprecia y a mí, que soy la que los cato en directo, me valen así, peludillos, arrugados y manejables.

Si tú fueses joven y estuvieses en el mercado, pues sería otra cosa. Hay que mantener una reputación y uno lo hace como inversión de futuro, que una vez que se corriese la voz de que el Paco los tenía grandes, te lloverían las pretendientas. Pero a tus años… ¡yo no lo acabo de ver claro!

Nota: El scrotox es una de las últimas tendencias en cirugía estética masculina. Durante la operación, se inyecta de forma subcutánea bótox en el escroto con el fin de que la piel se tense y los testículos parezcan más grandes. El efecto dura entre cuatro y seis meses, de los cuales, las seis primeras semanas, el paciente no puede utilizar sus genitales para ningún tipo de práctica sexual. La operación solo se practica legalmente en Estados Unidos y Gran Bretaña. Los primeros datos apuntan a un elevado índice de insatisfacción en los pacientes que se someten a ella.

Imágenes: Pexels y Pixabay

María L. Fernández

Soy María Fernández. Mujer, madre, amante, amiga y periodista en permanente propiedad conmutativa. No sé vivir sin contar historias. Las mías, las tuyas, las de los demás. Nunca sabrás si voy o vengo, pero cuando te hablo ten la seguridad de que lo hago de forma honesta, porque no sé hacerlo de otra manera.

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6 comentarios

  1. jajaja me parto ¡ya no saben qué inventar!!
    Como si a nosotras nos importara lo más mínimo la piel del escroto XD XD

  2. Jajajajajajaja!! Buenísimo Merak! ES que estaba viéndote hablarlo con tu paco… ¡Dónde vamos a llegar!

  3. Jaaajajaja!!! Inspiradísima, Merak!!! La gente está locaaaa…

  4. me hiciste reir mucho! Gracias 🙂

  5. ¡Muy grande Merak! ¡Muy grande!

  6. Jajajaja me encanta que después de andar perdida por mucho tiempo, lo primero que leo sea esto!!!
    El Chico trabaja en esta área (Botox, no escroto) y te quedarías loca de la cantidad de lugares donde la gente se lo pone, lo que pagan y la cantidad de inyecciones requeridas para conseguir el resultado deseado.
    Por mi, los huevos me gustan cómo están y me preocupa que el Botox les quite sensibilidad (y sabiendo jugar con ellos la sensibilidad es genial).

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