Cosas que pasan en las cenas de empresa

Diciembre es el mes por excelencia de las cenas de empresa, entre otras muchas. Como no tenemos suficiente con andar de comilona en comilona en las fiestas navideñas unas semanas antes nos dedicamos a juntarnos con nuestros compañeros de trabajo, amigas de la infancia, amigos de la universidad y cualquier grupo random para celebrar lo que sea.

Las cenas de empresa encierran grandes paradojas. Lo mismo no aguantas a tus compañeros porque tú eres de las que vas al trabajo a hacer lo tuyo y no tienes ningún interés en hacer vida social con la gente a la que ves todos los días, pero sabes que a la cena de empresa tienes que ir. Y es que ese momento en el que descubres a tus compañeros fuera del hábitat natural de la oficina da pavor, pero sabes que si no tienes una buena excusa es algo que tienes que hacer.

Como quien más quien menos ha estado en una cena de empresa recopilamos esos momentos que a todos nos resultarán familiares. Si se te ocurre alguno más, añádelo en los comentarios.

Cenas de empresa

Cosas que pasan en las cenas de empresa

1. ¿Y quién la organiza?

Hay sitios en los que es la empresa la que lo decide todo y de lo único que tienes que preocuparte es de ir. Pero en otras muchas la cena de empresa es algo que se organiza internamente. Consigna: nunca, repito, nunca, te presentes voluntaria para organizarla. Si algo sale bien nunca será gracias a ti y en cambio todas las quejas, problemas, etc. de antes, durante y después serán culpa tuya.

esconderse
A mí no me mires…

2. Las discusiones para decidir la fecha

Cuando le viene bien a Paco de Contabilidad, Merche de Recursos Humanos no puede. A Jaime le pilla de viaje (porque siempre está de viaje). Marta pide que, por favor, sea entre semana y Luis dice que o es en fin de semana o no puede.

Indecision
Pues ya me contaréis cuando lo hacemos…

3. ¿Dónde la hacemos?

Si ponerse de acuerdo en cuándo es complicado, decidir dónde lo hacemos no es más sencillo. A unos no les gusta un tipo de comida, unos están pelados y otros quieren hacerlo por todo lo alto. Tampoco sabes exactamente cuántos vais a ser porque siempre hay unos cuantos que tardan la mundial en confirmar la asistencia, así que cuando se va a reservar el sitio habéis tardado tanto que ya está lleno. Y vuelta a empezar.

Yo sólo quiero ir a cenar, en serio, donde sea
Yo sólo quiero ir a cenar, en serio, donde sea

4. El paganini

Un punto fundamental porque ¡no es lo mismo!, ¡el vino siempre sabe mejor cuando no lo pagas tú! A veces se da por hecho que paga cada uno lo suyo y de repente tu jefe te sorprende cuando sacan la cuenta lanzando su tarjeta de crédito. Pero otras veces descubres que no, que os habéis pasado ocho pueblos y os toca pagar a cada uno. DOLOR. Dejarte una pasta y encima con el insufrible de Atilano al lado.

Cenas de empresa 01
Pásame otra botella ¡paga el jefe!

5. ¿Qué me pongo?

Pues tú eres muy feminista y sabes que la única respuesta a la pregunta de qué te pones es “lo que te venga en gana”. Pero tu realidad es mucho más complicada: vas a trabajar ahí todos los días y conoces lo asquerosamente sobón que es Antúnez de Ventas y lo cotillas que son los que se reúnen alrededor de la máquina de café todas las mañanas a poner a todo el mundo de vuelta y media. En tu mano está pasar de todo el mundo y ponerte lo que te venga en gana u optar por una visión más conservadora.

Pues estoy super mona
Pues estoy super mona

6. Baile de sillas

Siempre pasa y nadie lo reconoce: cuando se produce la estampida hacia la mesa es importante coger posiciones. Objetivo: Lo más lejos posible de los que te caen mal, lo más cerca que se pueda de quien te cae bien. Para eso es importante llegar pronto… si llegas cuando ya está la gente sentada no te quejes de que te han dejado el peor sitio.

¿Era necesario que me tocara al lado?
¿Era necesario que me tocara al lado?

7. Tus compañeros en estado puro

Una vez que salimos del ambiente habitual conocemos a nuestros compañeros de oficina de un modo diferente al habitual. Resulta que Paula, la de Compras, que parecía una sosa es un encanto y Julián, el de Jurídico, es más pesado de lo que creías.

vergüenza
Mejor me doy a la bebida para no pasar (más) vergüenza

8. La fiesta

Cuidado porque el alcohol nos desinhibe y no estamos seguros del todo de querer ponernos ciegos con nuestros compañeros de trabajo. Tal vez la cena de empresa no sea el mejor sitio para agarrar el pedo de nuestras vidas salvo que no nos importe que se hable de ello en la oficina como algo legendario.

Dandolo todo
¡Dándolo todo, sí señor!

9. El paseo de la vergüenza

Normalmente el paseo de la vergüenza se refiere a cuando volvemos con la misma ropa, el maquillaje corrido y pelos de loca después de haber tenido sexo en una noche de fiesta (aunque aquí cuentan que porqué llamarlo paseo de la vergüenza y no paseo del triunfo #muyfan). En el ámbito laboral el paseo de la fama es cuando vuelves al trabajo con resaca y todo el mundo habla de tus hazañas … de las que no te acuerdas porque estabas cocida como un piojo.

No me lo recuerdes
No me lo recuerdes

Al final lo único importante de las cenas de empresa es sobrevivir a ellas. Y ya.

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

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2 comentarios

  1. jaja qué bueno Sara!!! tienes razón en todos y cada uno de los puntos.
    Yo me presenté voluntaria una vez para organizar la cena de empresa y “una y no más santo Tomás” y todavía recuerdo con una sonrisa en los labios cuando uno de mis compañeros de trabajo se pasó con el vino y terminó encima de la mesa haciendo un streaptease XD

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